Su obra y legado ético y
moral
El 14 de septiembre de 1811 parte San Martín
desde el puerto de Cádiz hacia Inglaterra con
destino oficial Lima, pero con el oculto propósito de
recalar finalmente en Buenos
Aires.
¨Apenas llegado a la capital
británica, encontróse allí con muchos
criollos que conspiraban como él y que, como él,
tenían clavados sus ojos en el Nuevo Mundo. Entre los
argentinos encontrábanse don Manuel Moreno y don
Tomás Guido. El primero reemplazaba a aquel hermano
infortunado, Mariano Moreno, el numen de la revolución, y el otro ejercía los
oficios de Secretario en la misión
diplomática que aquél se le había confiado
por la Junta de Buenos Aires. Por la presencia de estos
connaturales y de otros más que en aquel momento
tenían su residencia en Londres, se puso San Martín
al corriente de los acontecimientos que se desarrollaban en el
Plata y ratificó su voluntad de dejar Lima por Buenos
Aires. La tierra en
que iniciaría su campaña continental, por aquella
otra que elegiría luego para
coronarla.¨(5)
En enero de 1812 partió en la fragata Canning y
tras tres meses de navegación llegó al puerto de
Buenos Aires, el 9 de marzo, acompañado por Francisco
Vera, Francisco Chilavert, Carlos de Alvear, Antonio Orellano y
Eduardo Holmberg. ¨El 9 del corriente ha llegado a este
puerto la fragata George Canning, procedente de Londres, en 50
días de navegación; […] ¨A este puerto
han llegado, entre otros particulares que conducía la
fragata inglesa, el Teniente Coronel de caballería Don
José de San Martín, primer ayudante de campo del
General en jefe del ejército de la isla Marqués de
Coupigny, el Capitán de infantería Francisco Vera,
el Alférez de carabineros reales Don Carlos de Alvear y
Balbastro, el Subteniente de infantería Don Antonio
Orellano y el Primer Teniente de Guardias Valonas Barón de
Holmberg. Estos individuos han venido a ofrecer sus servicios al
gobierno y han
sido recibidos con la consideración que ofrecen por los
sentimientos que protestan en obsequio de los intereses de la
patria¨(6)
Apenas llegado San Martín a Buenos Aires, el
Triunvirato lo nombró Comandante del Escuadrón de
Granaderos a Caballo, el cual estaba en formación, labor
que realizó con dedicación espartana, logrando
hacer de los Granaderos un cuerpo ejemplar, con normas
rígidas de disciplina
volcadas en el Código
de Honor de los oficiales, cosechando con él grandiosas
victorias.
En septiembre de ese año contrajo matrimonio con
doña Remedios de Escalada, con la que estando en Cuyo
tendría una hija, Merceditas.
Veinte días después se produjo el
levantamiento en contra del Triunvirato, logrando su posterior
renuncia. Fueron las cabezas visibles de esta asonada Bernardo de
Monteagudo, dirigente de la ¨Sociedad
Patriótica¨ y San Martín junto con Alvear y
Zapiola como representantes de una sociedad secreta, la
¨Logia Lautaro¨. Esta, sucursal de la de Cádiz, se
encargaba de la incorporación de ciudadanos para tender
los hilos políticos que llevarían a buen
término a la gesta independentista. Esta logia fue acusada
de masónica, pero a mi modesto entender fue una sociedad
con fines políticos que se mantuvo en secreto para
poder evitar
represalias debido al contexto en el cual se estaban
desarrollando los acontecimientos.
El nuevo Triunvirato significó el asentamiento de
las ideas liberales, soplando nuevos aires que alentaron los
planes libertarios de San Martín y sus aliados.
El 3 de febrero de 1813 los Granaderos tuvieron su
bautismo de fuego, en la batalla de San Lorenzo, contra los
realistas. Se destacan en esa ocasión las actuaciones de
Baigorria y Cabral, que salvan la vida de San Martín en la
famosa caída, donde Don José resulta herido en la
cabeza por obra de Zavala, un jefe español, y
la del capitán Justo Bermúdez, quien al haber
alterado las órdenes de su jefe y debido a esto permite al
enemigo evadirse, se quita el torniquete que le habían
aplicado en un amputación que sufrió en combate,
muriendo desangrado en una lenta agonía. San Martín
sabía reconocer los actos de valor de sus
subordinados que, a su vez, generaban y mantenían el
espíritu de disciplina y sacrificio. Como consecuencia, se
dirige al gobierno después de haber enviado el parte de
combate expresando: ¨Como sé la satisfacción
que tendrá V.E. en recompensar las familias de los
individuos del regimiento, muertos en la acción
de San Lorenzo o de sus reclutas, tengo el honor de incluir a
V.E. la adjunta relación de su número, país
de nacimiento, y estado.¨(7) Recomendó especialmente
la ayuda a las familias del capitán Bermúdez y a la
del sargento Cabral.
Así como reconocía el valor de sus
hombres, también es de destacar la hidalguía con
que trataba a los vencidos, humanizó la lucha, no tomando
venganzas y sin abusar del poder, incluso logra persuadir
ideológicamente al jefe militar español vencido, a
tal punto que tiempo
después Zavala se incorpora al Ejército de los
Andes.
Este combate, aunque de poca importancia militar, tuvo
gran importancia para la revolución, permitió el
control de la
navegación de lo ríos Paraná y Uruguay, puso
en jaque a las fuerzas realistas que sitiaban a Montevideo y
logró que San Martín sea reconocido como el gran
estratega que era. ¨El entusiasmo con que fue festejado su
triunfo en la Capital, lo vengó de las calumnias que ya
empezaban a amargar su vida, presentándolo como un
espía de los españoles¨… ¨…Su
nombre se inscribía por la primera vez en el
catálogo de los guerreros argentinos y su primer laurel
simbolizaba no sólo una hazaña militar, sino
también un gran servicio
prestado a la tranquilidad
pública…¨(8)
A fines de 1813 las derrotas del Ejército del
Norte comandado por Belgrano, las diferencias con Artigas y la
reinstauración de la monarquía absolutista en España,
generó un clima de
inestabilidad en el Río de la Plata, decretándose
la creación de un Directorio con la cara visible de
Gervasio Posadas, pero bajo las directivas de Alvear. En este
contexto de incertidumbre, San Martín es enviado a hacerse
cargo del Ejército del Norte el cual estaba al mando del
General Manuel Belgrano. ¨Es un espectáculo digno
de la atención de la posteridad, el momento en
que dos hombres eminentes se encuentran a la sombra de una misma
bandera y si ambos llegan a comprenderse y estimarse,
haciéndose superiores a las innobles pasiones que les
impiden hacerse recíproca justicia,
entonces la escena es tan interesante como moral. Tal
sucedió con San Martín y Belgrano, los dos hombres
verdaderamente grandes de la revolución Argentina, y que
merecen el título de fundadores de la
Independencia.¨(9). Deseamos destacar aquí que
durante mucho tiempo se habló de rivalidad entre estos dos
grandes hombres, cuestión que es desmentida por el propio
San Martín, intercediendo en defensa de Belgrano frente al
gobierno y pidiendo especialmente que no sea separado de ese
ejército, quedando, además, bastante
correspondencia epistolar que demuestra el mutuo afecto y
admiración entre ambos.
Cuando tomó el mando del Ejército del
Norte, éste era un grupo de
indisciplinados y mal pertrechados seres, a los que
convirtió en poco tiempo en un ejemplo de profesionalismo,
valor, moral y disciplina con los cuales lograría a
posterior grandes victorias.
Ya en el teatro de
operaciones se
dio cuenta de que por allí sería imposible vencer
al ejército español. Se puso en contacto con
Martín Miguel de Güemes y aceptó la lucha de
guerrillas que éste plantea pues ya las había
conocido y apreciado en España.
En 1814 se retiró con licencia a la Provincia de
Córdoba para recuperarse de sus enfermedades, es allí
donde comienza a tomar fuerza la idea
de cruzar los Andes, tomar Chile y desde allí, por mar,
llegar a Lima.
Quisiéramos destacar que es aquí donde San
Martín se pone en contacto con un libro que
marcó alguna de sus posturas ideológicas,
Comentarios reales de los Incas,
escrito en España por el Inca Garcilaso de la Vega, donde
está descripta con detalle la
organización Inca y su destrucción por parte de
los españoles. Tanto lo afectó esta lectura, que
encabezó una colecta voluntaria para poder publicarlo,
tarea que nunca pudo concluir.
Desde Córdoba solicitó a Posadas, Director
Supremo, el empleo de
Gobernador Intendente de Cuyo. Alvear, con el cual San
Martín estaba irremediablemente enfrentado, influye para
que se le conceda esa petición, pues deseaba tenerlo lo
más alejado posible de la metrópoli, intentando con
esto que desaparezca de la escena política y militar.
En septiembre llega San Martín a Mendoza, asumiendo su
cargo el día 6 de ese mes. No sabían sus
adversarios en Buenos Aires, que al intentar anularlo
políticamente en esas lejanas tierras, le estaban
entregando las llaves para desarrollar el plan que tan
secretamente guardaba.
La labor titánica que tuvo que enfrentar El
Libertador en esas tierras fueron muy bien descriptas por Domingo
Faustino Sarmiento, ¨Treinta y seis años
cumplía el guerrero que debiera subordinar una juventud
indisciplinada y turbulenta, contener caudillos hostiles entre
sí, escapados de los últimos descalabros de Chile,
iniciar masas bisoñas en las artes y disciplinas de la
guerra
europea, improvisar recursos en el
corazón
de América, burlar la vigilancia y la estrategia
española, y con los Andes nevados y casi inaccesibles por
delante, y los recuerdos de la guerra de titanes en que anduvo
confundido entre las legiones de Napoleón y de Wellington, trazarse campos
de batalla en Chile […] San Martín en Mendoza es el
genio creador, el Hermes trismegisto de los antiguos,
político, guerrero,
diplomático¨(10)
Explicar como organizó política,
económica y militarmente la región de Cuyo
sería muy extenso para este trabajo en
particular pero como lo expresara Sarmiento, fue una labor
titánica a la que San Martín se entregó con
el cuerpo enfermo, pero con un fervor patriótico y una
lucidez mental encomiables.
Para poder concentrar tropas y recursos con la
intención de cruzar a Chile, y desde allí por mar
al Perú, solicitó apoyo al Director Supremo.
Éste se las negó arguyendo que no era prioritario
para la revolución tomar Chile, que todos sus esfuerzos
estaban volcados en la lucha en la Banda Oriental contra las
fuerzas de Artigas, y que una vez lograda la victoria
iniciarían una ofensiva contra el Alto Perú. Estaba
todavía tratando de asimilar esta negativa, cuando llegan
de Chile malas noticias. Las
tropas españolas habían vencido en Rancagua y el
gobierno revolucionario había caído. Esta
situación hace cambiar los planes de Don José, pues
no estaba en ellos liberar Chile, el contaba con que la
revolución había triunfado allí, y solo
utilizaría el territorio como base para su destino final,
el cual era liberar Lima, baluarte español em
América. San Martín asumió la responsabilidad de atender a los fugitivos que
cruzaban desde Chile, los proveyó de alimentos,
remedios, vestimenta y vivienda.
Poco después Alvear intentó reemplazar a
San Martín, enviando como reemplazante al Coronel
Perdriel. Ante esta situación, los cabildantes y vecinos
partidarios de San Martín, se presentaron frente a Pedriel
no permitiéndole asumir su cargo y obligándolo a
volver a Buenos Aires. Mientras tanto, Alvarez Thomas, que
había sido enviado a combatir a Artigas, se
sublevó, reclamó y logró la renuncia de
Alvear. Acontecimiento que apoyó de hecho y de palabra San
Martín pues consideraba que quedaban liberados de trabas
sus proyectos
libertadores.
Con la colaboración de su amigo, Tomás
Guido, que fue nombrado Oficial Mayor de la Secretaría de
Guerra, y con las circunstancias nacionales propicias (la Logia
Lautaro se había reorganizado y el Congreso De diputados
de las provincias había comenzado a sesionar en
Tucumán). La declaración de la independencia,
el apoyo entusiasta de Pueyrredón y el nacimiento de su
hija, Mercedes Tomasa, le dieron nuevos aires a su vida y
proyectos.
Desde ese momento San Martín se dedicó a
adiestrar y disciplinar en el campamento de el Plumerillo a los
hombres que utilizaría para cruzar lo Andes y de
ésta manera hacer realidad los sueños de libertar a
la patria grande del yugo realista.
Muchas intrigas afrontó San Martín, se lo
acusaba de espía español y se rumoreaba que el
ejército que estaba formando era para controlar Cuyo y
desde allí someter a las regiones vecinas. También
tuvo reconocimientos como el del Cabildo de Mendoza que
solicitó en total secreto al gobierno central se nombre al
general con el grado de Brigadier General a lo que San
Martín respondió con las siguientes palabras:
¨Protesto a nombre de la Independencia de mi patria no
admitir jamás más graduación que la que
tengo, no obtener empleo público, y el militar que poseo,
renunciarlo en el momento en que los americanos no tengan
enemigos. No atribuya usted a virtud esta exposición
y sí al deseo que me asiste de gozar de tranquilidad el
resto de mis días¨(11)
Durante toda su vida San Martín fue un ejemplo de
virtuoso sacrificio, donando parte de su sueldo, con lo que
apenas le alcanzaba para sobrevivir, jamás aceptando
favores personales ni de privados ni de políticos, y
cuando el gobierno de Mendoza le dona unos terrenos, por el
solicitados como única retribución por los
servicios prestados, de 250 cuadras recibidas (50 que
pidió el y 200 que le concedía el gobierno para su
hija Mercedes) 200 las cede a favor de los soldados que se
destaquen en la campaña que estaban por emprender y de los
productos que
generase su finca , un tercio ¨…se aplique al
colegio: pero con calidad que sea
para la dotación de una cátedra de matemática
y geografía[…] (12)
Estando el General en campaña, recibe noticias
del encargado de su chacra notificándole que la villa y
sus vecinos estaban pasando por una situación de necesidad
extrema, a lo que le responde: […]¨Nada me importa
el que a nuestros potreros sean en donde todos concurren por su
seguridad.
Auxilie Ud a los pobres con ellos y con granos y herramientas
que pueda […] Los Barriales tiene que ser el
paraíso de Mendoza y el auxilio de todos los
infelices…¨(13)
Cuando San Martín consideró que
tenía todos los detalles de su plan libertador terminados,
reunió a todos sus generales y jefes de cuerpo y, mapa
mediante, se los presentó, dejando bien claro que la
campaña tenia como objetivo la
libertad de
América del yugo español, y bajo ningún
concepto se
permitiría el saqueo, la opresión o conquista de
los territorios a los que ayudarían y que no se
conservaría la posesión de ninguno de los
países auxiliados.
El movimiento de
tropas hacia Chile comenzó con una pequeña avanzada
en septiembre de 1816. Previamente San Martín había
aplicado la famosa guerra de zapa, haciéndole llegar falsa
información a los realistas, creando temor
entre ellos y desviando su atención de los puntos reales
por donde pasaría el grueso del Ejército de los
Andes. Aquí deseamos hacer un alto en el relato y destacar
el coraje de estos hombres. Cuando se habla del cruce de los
Andes parece como si hubiese sido algo sin demasiada relevancia,
pero con sólo pararse uno al pie de la cordillera no puede
sino sentirse abrumado por el espectáculo, hoy en
día parece una empresa
imposible de realizar, que decir de aquellos días donde
los pasos en algunos lados no tenían más de treinta
centímetros de ancho y en otros tuvieron que abrirlos por
ser estos inexistentes o intransitables, subiendo hasta los 5000
metros en algunos casos, arrastrando artillería y
pertrechos necesarios para la campaña
emprendida.
Para tener una mínima idea de la titánica
misión que cumplieron los ejércitos al mando de San
Martín, transcribiré a continuación unas
cifras que publicó el coronel Ornstein en la revista del
Círculo Militar haciendo una comparación con el
cruce de los Alpes por parte de Napoleón y sus
tropas.
(14)
Con un ejército mal pertrechado, mal vestido, mal
alimentado, sin experiencia militar y estando el general San
Martín con su salud muy precaria,
cruzó los Andes, liberó Chile y pudiendo reclamar
glorias y fortunas para si, jamás aceptó
recompensas, es más estando ya en Chile el único
gasto que hizo fue para remendar sus botas, su chaqueta y su
famoso sombrero falucho. Además viendo que su secretario
José Ignacio Centeno tenía los zapatos rotos, le
mandó comprar un par de botas, y a su escribiente Uriarte,
el cual estaba casi desnudo, dio orden de comprarle
ropa.
En esos momentos le llegó desde Buenos Aires la
noticia de que el gobierno decretó una pensión
vitalicia a favor de su hija y el grado de Brigadier General para
él, lo que rechaza argumentando que ¨Me considero
sobradamente recompensado con haber merecido la aprobación
por el servicio que he hecho. Es el único premio capaz de
satisfacer el corazón de un hombre que no
aspira a otra cosa¨(15)
Con respecto a sus campañas militares no me
explayaré más pues no es éste el tema
central del trabajo, pero no puedo dejar de destacar que cada vez
que se lo quiso hacer partícipe de las luchas intestinas
de las provincias unidas, se negó diciendo que ¨Mi
sable jamás saldrá de la vaina por opiniones
políticas¨ y que ¨cada gota de
sangre
americana que se vierte por nuestros disgustos me llega al
corazón…¨
Otra faceta importante para destacar, es su aporte a la
cultura de los
pueblos con los que se relacionó. El cabildo de Chile
decretó se le entregue al general diez mil pesos para
gastos de viaje,
convengamos que la cifra debería ser elevada para la
época y era una oferta
tentadora, pues San Martín dejó asentado que
entró a Santiago de Chile con lo puesto. Sin embargo
rechazó la oferta, pero para que ese dinero no
tenga un final alejado de los preceptos que él siempre
mantuvo, solicitó se destinen ésos fondos a la
creación de una biblioteca
nacional. Luego solicitó a Pueyrredón el
envío de una imprenta con
la que se comienza a editar la ¨La Gaceta de Santiago de
Chile¨.
Creó la Biblioteca de Mendoza en 1818. En 1821
creó la tercera biblioteca en Lima con la donación
de sus libros, sus
palabras al inaugurarla fueron: ¨Señores, La
Biblioteca es destinada a la
ilustración universal, más poderosa que
nuestros ejércitos para sostener la independencia¨
Lamentablemente la biblioteca se incendió en 1943,
pudiéndose rescatar sólo siete libros de la
colección de San Martín. En 1822 decretó la
creación de escuelas gratuitas de primeras letras en los
conventos religiosos, la creación de una escuela normal de
maestros, la reforma de los métodos de
enseñanza primaria y la creación de
una escuela de niñas.
Su obra continuó hasta aquel famoso
renunciamiento de Guayaquil que muchos tildaron de
cobardía frente a la presencia de Bolívar.
Siempre estuvo San Martín acosado por confabulaciones y
habladurías, sufriendo la presión de
lejanos políticos que sólo buscaban su
eternización en el poder, sumándole a esto, su
cuerpo cansado, agredido por mil batallas y enfermedades. Estas y
otras deben haber sido las causas más probables de su
alejamiento del protectorado de Lima y su posterior exilio en
Francia. Pero
aquí no acabaron sus padecimientos mucho tuvo que luchar
para que se le reconozcan los dineros que se le debían y
que más de una vez se los negaron. Como hombre de honor y
de temple sin igual jamás suplicó por lo que se le
debía, dando como única respuesta un silencio
cargado de resignación.
En su exilio llegó a un nivel de pobreza
angustiante, situación que pudo sobrepasar gracias a la
ayuda de Aguado, un ex compañero de armas en el
regimiento de Murcia y de su amigo incondicional O´ Higgins
que le envió unos dineros desde el Perú, con lo que
solventó los gastos que tuvo al contraer en el año
1832, él y su hija el cólera.
Mientras tanto, en América, se lo acusaba de enriquecerse
ilícitamente con el oro de Lima.
Mucho tuvo que recurrir a sus conocimientos de Filosofía
para poder sobrellevar esos malos tiempos. ¨Si hablan mal de
ti y eso es verdad, corrígete. Si son mentiras,
ríete¨, ¨…porque al fin la calumnia, como
todos los crímenes, no es sino obra de la ignorancia y del
discernimiento pervertido¨. Estas frases dichas miles de
años atrás por filósofos como Epicteto, lo
acompañaron siempre, y fueron las bases en que se
apoyó para redactar las Máximas para su hija, ese
gran legado que resume todo su pensamiento.
En esas Máximas encontramos resumida toda su
ideología, basada en el amor, el
honor, el respeto, la
disciplina, la honestidad, la
indulgencia, la caridad y las buenas costumbres. Encontramos
allí resumida toda una vida de sacrificios y entrega por
valores tan
sublimes como lo son la libertad, la igualdad y la
fraternidad, valores que dejó como único legado a
su más preciado tesoro, su hija Mercedes, los cuales
siguen teniendo en nuestros días la actualidad de
entonces.
Las doce Máximas que escribió el General
don José de San Martín para su hija
Mercedes:
1ª- Humanizar el carácter y hacerlo sensible, aun con los
insectos que nos perjudican. Stern ha dicho a una mosca,
abriéndole la ventana para que saliese: ¨Anda, pobre
animal; el mundo esd emasiado grande para nosotros
dos¨.
2ª- Amor a la
verdad y odio a la mentira.
3- Confianza y amistad, pero
uniendo el respeto.
4ª- Estimular la caridad con los pobres.
5ª- Respeto sobre la propiedad
ajena:
6ª- Acostumbrarse a guardar un secreto.
7ª- Tener sentimientos de indulgencia hacia todas
las religiones.
8ª- Dulzura con los criados, los pobres y los
viejos.
9ª- Hablar poco y lo preciso.
10ª- Acostumbrarse a estar formal en la
mesa.
11ª- Tener amor al aseo y desprecio al
lujo.
12ª- Tener amor por la patria y por la
libertad.
Lamentablemente, como suele suceder con los grandes
hombres, su vida se apagó en una tierra lejana,
casi olvidadas sus hazañas y difamado hasta el hartazgo en
aquellas tierras que gracias a su entrega tenían la
posibilidad de comenzar a transitar un camino libre de las
cadenas que hasta hacía un cuarto de siglo las
tenían sometidas al más indigno vasallaje. Pero
como dijera Mitre: ¨En la vida como después de su
muerte, no
faltaron apedreadores tras su carro de triunfo o sacerdotes
egipcios que en su apoteosis póstuma le hicieran su
proceso. Pero
el juicio definitivo de la posteridad ha sido pronunciado al fin
y podemos asegurar que él será confirmado por los
venideros¨ (16)
Conclusiones
Siempre hemos creído que detrás de cada
¨gran hombre¨ hay y hubo ¨grandes intereses¨,
generalmente sometidos y manipulados por los poderes
hegemónicos, políticos y económicos de
turno. Pero a medida que fuimos contactándonos con
diferentes textos comenzamos a conocer a un personaje que
difería totalmente del ¨normal¨ héroe al
que hemos estado acostumbrados en nuestra corta historia como
país.
El General Don José San Martín no
respondió a esos parámetros, llevó una vida
austera, ejemplificadora, con aciertos y equívocos como
cualquier ser humano, pero con una gran diferencia, valores
éticos y morales que si se hubiesen tomado como
guía por parte de los que estuvieron posteriormente
encargados de los destinos de esta bendita nación,
otro sería nuestro presente.
Encontramos en él la sumatoria de ser un gran
político, un gran estratega, pero por sobre todo un gran
ser humano, el cual llegó a los más grandes
sacrificios, no por la gloria personal, sino
imbuido de los valores
como la libertad, la igualdad y la fraternidad. Valores que se
encuentran actualmente perimidos, en una sociedad que lleva como
estandarte al individualismo, al egocentrismo y a la
apatía. Él fue y es un personaje que no puede
despertar sino sentimientos de admiración por su legado de
valores éticos y morales, dejando bien en claro que no
fueron discursos
demagógicos por parte de el General Don José de San
Martín, sino que fueron éstos los que guiaron su
existencia, haciendo de el un ser humano digno de ser
imitado.
Notamos mientras haciamos la recopilación de
textos, que al investigar a la vida y obra del Libertador , no
podemos quedarnos imparciales, él es un personaje que
despierta pasiones, admiración en muchos y rechazo en
algunos pocos.fue un defensor de la libertad de los hombres en
general, más allá de cualquier bandería, un
hombre fiel a sus principios, que
no se perdió en los oscuros caminos de las intrigas
políticas de su época, que respetó a aliados
y enemigos y que por sobre todo jamás apuntó sus
armas hacia un hermano americano. Ejemplos que las generaciones
posteriores no supieron imitar, llevándonos a luchas
intestinas que más que fortalecernos como nación
lo único que lograron fue disgregarnos y hacernos
débiles y por lo tanto dependientes de los poderes
hegemónicos de turno.
No queremos dejar de resaltar las aberraciones
históricas que se han cometido por parte de historiadores
como Mitre, el cual solicitó los archivos
personales que el General había dejado encargados a su
yerno Balcarce con la orden específica de
entregárselas a su amigo Guido en persona. Balcarce
finalmente entregó esos documentos a
Mitre sin previa copia o detalle alguno de lo que fue entregado.
Bien es sabido que para realizar la historia oficial, Mitre
tomaba los documentos que más favorecían a
entronizar héroes de bronce, y los que le disgustaban los
destruía. Con esta censura oficialista se han perdido
documentos que quizás nos darían una visión
más enviciada de nuestros ¨héroes¨ pero a
la vez más humana y más cercana a nosotros,
héroes más imitables, sin esa cáscara de
bronce que los hace tan fríos y distantes, en definitiva
héroes de carne y hueso, con sus miedos, angustias,
miserias, sus alegrías, sus aciertos, sus errores, sus
vicios o acaso la historia oficial no omite que San Martín
era adicto al opio, el cual debía utilizar como remedio
para sus afecciones, ¿hace esto sus actos menos nobles? Es
necesario dejar de lado los prejuicios y rescatar las actitudes de
grandes hombres que fueron forjando esta Latinoamérica tan sufrida,
Latinoamérica que lamentablemente nunca llegó a ser
lo que Don José pretendió, una patria grande desde
Venezuela
hasta el Cabo de Hornos, y no este mozaico de repúblicas
que se han formado por las luchas fraticidas fomentadas desde
Inglaterra y que para lo único que han servido es para que
sigamos sometidos a los poderes hegemónicos de turno.
Lamentablemente pese a que la historia oficial lo niegue, San
Martín fracasó en sus planes libertarios, y esta es
una deuda pendiente que queda para las generaciones venideras.
Separados seguiremos sometidos, unidos podremos resistirnos y
soñar con un mañana distinto para las generaciones
venideras. Estas conclusiones suenan a utopía, pero hay
algo que no nos pueden sacar y son los sueños y las
esperanzas,pues con la mixtura de esas dos ¨variables¨
es posible que las utopías se realicen.
Bibliografía
- Moreno, C. Galván, San Martín, el
libertador, Editorial Claridad, Buenos Aires, 2da edición, 1944, pág.
27. - Ibidem, pág. 29.
- García Hamilton, José Ignacio, Don
José, La vida de San Martín, Editorial
Sudamericana, Buenos aires, 3ra edición, julio de 2000,
pág. 19. - Rojas, Ricardo, San Martín,
Manifiesto al pueblo peruano, 1821, en El santo de la
espada, Editorial Losada, 1948, pág.
329. - Otero, José Pacífico, Historia del
Libertador Don José de San Martín, Biblioteca
del Oficial, Círculo Militar, Tomo Primero, Buenos
Aires, año 1978, pág, 201-202. - Galasso, Norberto, San Martín y la
emancipación hispanoamericana,Centro Cultural
¨Enrique Santos Discépolo¨, Cuadernos para la
Otra Historia, Buenos Aires, 1998, pág. 13. - Favaloro, G. René, ¿Conoce usted a San
Martín?, Editorial Torres Agüero, Buenos Aires,
1986, pág. 41. - Raffo de La Reta, Julio César,
Antología Sanmartiniana, Editorial Angel Estrada,
Buenos Aires, 1950, pág. 31. - Ibidem, pág. 37.
- Sarmiento, Domingo Faustino, Escritos sobre San
Martín, Estudio preliminar, selección y notas de Pérez Aubone,
Rosauro, Instituto Nacional Sanmartiniano, Buenos Aires, 1966,
pág. 121-122 - Favaloro, G. René, ¿Conoce usted a
San Martín?, Editorial Torres Agüero, Buenos
Aires, 1986, pág. 62. - Ibidem, pág. 64.
- Ibidem, pág. 65.
- Ornstein, Leopoldo R., Revista del Círculo
Militar, Buenos Aires, 1960, N°656. - Favaloro, G. René, ¿Conoce usted a
San Martín?, Editorial Torres Agüero, Buenos
Aires, 1986, pág. 79. - Otero, José Pacífico, Historia del
Libertador Don José de San Martín, Biblioteca
del Oficial, Círculo Militar, Tomo VIII, Buenos Aires,
año 1978, pág, 282.
Bibliografía
comentada
Como expuse al comienzo de este trabajo, estudio,
comparto y transmito a la Historia con pasión y fervor,
es por eso que para este humilde trabajo en el cual debo
rescatar valores
morales y éticos del General don José de San
Martín utilicé bibliografia de autores varios
con distintas tendencias, tratando de ser lo más
abarcativo y objetivo posible. Meta difícil de lograr,
pues la bibliografía concerniente al tema es muy
amplia, obligándome a seleccionar entre tanta
oferta.
Como obra principal utilice a la Historia del
Libertador Don José de San Martín, de
José Pacífico Otero, un autor imposible de
evitar, pues fue un ferviente admirador del general y
dedicó gran parte de su existencia a recopilar
información y objetos pertenecientes al Libertador. En
el año 1933 fundó el Instituto Sanmartiniano a
fin de promover y fomentar el estudio del prócer. Su
obra abarca con objetividad admirable todos los aspectos de la
vida y obra de San Martín, con una visión amplia
y bien documentada de los hechos que
investigó.
El libro de C. Galván Moreno, San
Martín, el Libertador, lo utilicé pues me
pareció que el autor supo resumir con gran habilidad en
un solo tomo todos los aspectos de la vida del general,
haciendo siempre incapié en sus condiciones
éticas y morales. Utiliza en el un lenguaje
poético, casi romántico, una forma de expresarse
que luego de más de sesenta años es muy
difícil o imposible encontrar. Quizás la nueva
literatura sea
más gráfica y entendible para las nuevas
generaciones, pero personalmente me dió mucho placer
leer hechos históricos expresados de una manera que
parecen escritos desde el alma y no
desde la mente de un historiador.
La obra de Julio César Raffo de la Reta,
Antología Sanmartiniana, me pareció otra
obra imposible de evitar. En ella se puede apreciar la
intimidad del general, se puede destacar el contenido moral de
sus acciones,
acciones que no fueron simples discursos demagógicos,
sino que fueron ejemplos de vida reales. San Martín
durante toda su existencia fue un hombre reservado, y en esta
obra se aprecia como sus palabras siempre fueron el
prólogo de una acción más que una arenga
vacía y sin sentido. Esta obra es producto de
una recopilación de escritos, discursos, legajos,
registros
oficiales y de periódicos, lo que hace de esta obra una
fuente de información muy rica donde se pueden apreciar
dichos de San Martín, lo que de el opinaban sus
contemporáneos y lo que se decia de el al cumplirse los
cien años de su fallecimiento.
Escritos sobre San Martín, de Domigo
Faustino Sarmiento, selección hecha por Rosauro
Pérez Aubone. Este libro lo utilicé pues me
pareció importante volcar en mi trabajo la
opinión de un contemporáneo de San Martín,
que además se entrevistó con él en su
exilio. En mis investigaciones
encontré una relación entre la familia
de Sarmiento y San Martín anterior a los encuentros ya
mencionados. La familia
Sarmiento participó de la recaudación de fondos
para la campaña de Belgrano. José Clemente el
padre de Domingo Faustino tuvo participación en las
campañas libertadoras, en 1815, su nombre
figuró entre los que pidieron que San Martín
siguiera al frente de la Intendencia de Cuyo y que quedara sin
efecto la designación del coronel Perdriel.
Fue protagonista de algunos incidentes que oscurecieron
su nombre; sin embargo, San Martín lo confirmó en
su grado de capitán, con noventa milicianos de San Juan
cruzó los Andes y participó en Chacabuco, cuyo
parte de victoria llevó a San Juan con trescientos
prisioneros. Domingo Faustino Sarmiento fue un gran admirador y
defensor de San Martín, mientras muchos trataban de
enlodar su nombre y sumirlo en el más oscuro de los
olvidos, el, desde Chile, se esforzaba por no dejar que
triunfen esas mal intencionadas tendencias intentando
reivindicar la figura y la gesta sanmartinianas. Su
admiración por San Martín fue enorme y esto se
puede apreciar en el discurso que
brindó al recibir los restos repatriados del general:
"A nombre de la presente generación, recibimos estas
cenizas del hombre ilustre, como expiación que la
historia nos impone de los errores de la que nos
precedió… Que otra generación que en pos de
nosotros venga, no se reúna un día en este mismo
muelle, a recibir los restos de los profetas, de los salvadores
que nos fueron preparados por el Genio de la Patria y habremos
enviado al ostracismo, al destierro, al desaliento y a la
desesperación. Conduzcamos, señores, este
depósito al lugar que la gratitud pública tiene
deparado."
José Ignacio García Hamilton con su
libro Don José, La vida de San Martín, nos
presenta una visión más humana del general,
más alejada del héroe al que nos han acostumbrado
desde los claustros y el poder. Presenta a un San Martín
con algunos ¨vicios¨, frecuentador de la noche y de
algunas mujeres de vida alegre, cansado de las
monarquías e influenciado por el liberalismo,
amado por pocos, despreciado y temido por muchos, en suma, nos
muestra a un
hombre como cualquiera, apasionado pero a la vez temeroso,
capaz de vencer sus limitaciones para llevar a cabo una gesta
que se aprecia mucho más titánica vista desde
ésta óptica de hombre ¨normal¨ que
observada desde la postura de superhombre que muchos autores
intentan imponer, ignorando quizás que necesitamos
ejemplos de carne y hueso con los cuales identificarnos, y no
héroes de bronce que se encuentran muy alejados de
nuestra realidad, imposibles de comprender y por ende
imposibles de imitar.
El Dr. René Favaloro en su libro
¿Conoce usted a San Martín? nos presenta
un acabado bosquejo histórico del general, basado en la
"Historia de San Martín y de la emancipación
Sud-Americana", de Bartolomé Mitre, y en la "Historia
del Libertador Don José de San Martín", de
José Pacífico Otero, y en otras fuentes
históricas. En el último capítulo intenta
destacar la necesidad de rescatar los valores éticos y
morales de San Martín en la actualidad, frente al
ostracismo que ha comenzado a deteriorar a la sociedad y a la
juventud, San Martín opone el ejemplo de un "esfuerzo
honesto en aras de grandes ideales". Ante el afán
generalizado de gloria y de acumular riquezas, San
Martín contrapone una gran modestia, que lo lleva a
renunciar a las manifestaciones de admiración, luego de
sus triunfos militares. Cuando a diario se revelan casos de
corrupción en las clases dirigentes, San
Martín ofrece el ejemplo de una honestidad transparente.
Esta visión que tenía el doctor Favaloro condice
bastante con su actitud de
vida, un hombre honesto, educador incansable, amaba a la
humanidad a la cual legó sus descubrimientos que
tranquilamente lo podrían haber hecho rico en esta
sociedad donde todo tiene precio. Un
hombre que terminó en la ruina como muchos de nuestros
héroes, perseguido, humillado al reclamar lo que le
correspondía, tomando ante una sociedad que
prefería ir al rescate de un club de fútbol antes
que apoyar a su fundación la determinación
desesperada de quitarse la vida. No creo que su libro aporte
mucho más que cualquiera de los otros autores, pues en
ellos se basó al escribirlos, pero me pareció al
leerlo encontrar un paralelismo entre sus vidas que me llevaron
a incluirlo dentro de la bibliografía como tributo a
otro gran argentino que vergonzosamente la historia trata de
olvidar.
También consulté para este trabajo a las
obras de los siguientes autores:
Haig, Samuel ¨Bosquejos de Buenos Aires, Chile
y Perú¨, Editorial Yapeyú, Buenos Aires,
1949.
Hall Basilio, ¨Con el general San Martín
en el Perú¨ Editorial Yapeyú, Buenos
Aires, 1949.
Coronel Manuel de Olazabal, ¨Episodios de la
Guerra de la Independebcia¨ Instituto Nacional
Sanmartiniano, Buenos Aires, 1972.
Recopilación, ¨Pequeña
antología de Maipú¨ Instituto Nacional
Sanmartiniano, Buenos Aires, 1969.
Arriola Manuel Nicandro, ¨Máximas
comentadas¨ Instituto Nacional Sanmartiniano, Buenos
Aires, 1979.
¨Renunciamientos del capitán general don
José de San Martín¨ Instituto Nacional
Sanmartiniano, Buenos Aires, 1971.
Todos de inestimable ayuda en sus aportes.
Gerardo Claudio Finke
Argentina
Buenos aires
21/12/2007
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